LOS JOVENES Y EL VANDALAISMO

Adolescentes y jóvenes han aprendido en la escuela que faltar al respeto al profesor no suele traer consecuencias, que incluso agresiones verbales o físicas rara vez implican un castigo. ¿Por qué deberían mostrar ahora mayor respeto hacia médicos, bomberos o policías? Se pide al sistema educativo que compense carencias de normas en aquellos alumnos cuyos padres no les ponen límites, ¿cómo lo va a lograr con una legislación escolar que ha despojado al profesor de toda autoridad?- Adrián Begoña Moncó. Madrid

El Instituto Andaluz de la Juventud, va a desarrollar en la barriada conocida como Alfagüara una forma de prevención del vandalismo, que tiene como principales destinatarios a jóvenes desde 8 años en adelante. Se trata de una experiencia piloto, ya que a pesar de que este programa se haya realizado en meses anteriores en institutos de secundaria de la provincia, en este caso se convivirá las 24 horas con los jóvenes y sus familias, implicándolas en el trabajo propuesto para cada jornada. El coordinador del IAJ, ha hecho que este programa se realice «para prevenir futuras actitudes vandálicas entre jóvenes, y no por ello pensemos que en la zona de actuación en concreto se producen más actos vandálicos que en otros lugares de la provincia. El índice de actos de este tipo en el barrio en el que se va a actuar es similar a otras zonas de actuación preferente. Actividades
Lo llevarán a cabo el equipo de monitores del Plan de Prevención de Vandalismo, a trabajar durante todo el día y parte de la noche para implicar a jóvenes de diversas edades en actividades deportivas, talleres de manualidades, apoyo escolar, excursiones, visitas a monumentos, entre otros. Cada día habrá un valor educativo a potenciar en todas las actividades. Se destaca que se pretende fomentar valores como la solidaridad, la tolerancia, el respeto, y añadió que se trata de un proyecto original, valiente, que nos va a permitir obtener una valiosa información para aplicarla a otras experiencias de este tipo que se lleven a cabo en el futuro.

El plan actuará con un número limitado de personas, aproximadamente entre las 30 y las 60, para hacerlo más operativo. La implicación y participación de las familias introduce un elemento nuevo al programa, que hasta ahora sólo había hecho partícipes de él a jóvenes, y que busca obtener el máximo éxito del plan.